Si pensamos en películas infantiles, los de mi quinta, seguro que nombrarían títulos de la factoría Disney como "El rey león", "Aladdin", "La Bella y la Bestia", etc. Pero el cine infantil ha evolucionado y prácticamente todas las apuestas actuales son de cine de animación. Así que, si pensamos en películas infantiles actuales, la mayoría de títulos que saldrían serían de la casa Pixar. Todas se han ganado un rinconcito en nuestro corazón porque han conseguido entretenernos a la vez que emocionarnos. Vosotros habéis elegido que, ésta de la que hablaremos a continuación, esté entre los mejores films de la década.
¿De qué va?
Después de que la humanidad contamine la Tierra hasta volverla insalubre, los humanos abandonan el planeta en una nave, llena de comodidades, que los mantendrá a salvo. Para poder volver, dejan al cuidado del mundo a una serie de robots que se encargarán de limpiar las toneladas de basura que han dejado atrás, hasta que la Tierra pueda volver a alojar vida en ella. Wall·e es uno de estos robots. El único que ha sobrevivido durante 700 años realizando sus tareas a diario. Tras muchos años en soledad aparece un nuevo robot, Eva, que ha sido enviado a la Tierra en busca de nueva vida que revele que el momento de los humanos para regresar ha llegado. Wall·e quedará fascinado por ella. La seguirá allá a donde fuera hasta convertirse en una pieza clave para cumplir el destino de la humanidad.
La crítica
Todos los títulos de Pixar tienen un nosequé que las convierte en historias mágicas. Wall·e es una de ellas. Conmueve y divierte a partes iguales y consigue, en los 98 minutos que dura, concentrar una preciosa historia llena de aventuras, con un mensaje sobre el cuidado de nuestro mundo muy claro.
En el inicio vemos una tierra desolada cubierta, literalmente, de montañas de porquería, basuras y residuos. Hay una competición muy reñida entre los montones de deshechos y los rascacielos de la ciudad. El paisaje, a pesar de estar cubierto de despojos, es totalmente seco. No existe el agua. Es un entorno hostil donde se suceden las tormentas de arena y donde no hay lugar para el verde.
Lo que nos muestra la película es un robotito entrañable, que a pesar de ser vida artificial tiene lo mejor de la vida real: la curiosidad, la amistad, el amor... y en contrapartida los humanos que nos presentan están desprovisto de humanidad, practicamente robotizados en su función de sobrevivir. Postrados en sillas, sin necesidad de nada más que estirar una mano y pedir lo que quieren, no lo que necesitan, porque las necesidades se han diluído y reemplazado por tecnología (robots especializados en cualquier cosa, incluídas sombrillas de playa robóticas).
¿Qué nos dicen los creadores de Wall·e? Que si no espavilamos es en lo que nos podemos convertir. Wall·e, aunque es un robot, es todo lo contrario, se desvive por cuidar de su compañera Eva cuando más le necesita. Viajará por el espacio para no separarse de ella y asegurarse de que está bien, aunque sus razones están mezcladas con un embobamiento hacia lo guapa que la ve, está enamorado.
Los dos forman una pareja muy divertida, él es pura inocencia y quiere compañía. Ella es muy temperamental e independiente, pero tendrá que rendirse ante la insistencia de Wall·e de cuidarla, hasta convertirse para ella en alguien indispensable. La gracia de estos personajes es que toda la acción se sucede en cine mudo ya que apenas son capaces de pronunciar sus propios nombres.
Técnicamente es estupenda. Es cierto que no se deja nada al azar porque todo está creado artificialmente. Sin embargo, el trato del lenguaje audiovisual está cuidado, podríamos congelar el plano en cualquier instante y tener una preciosa composición. Además, está impecablemente orquestada por Thomas Newman, que recibió una nominación a los Oscars por el trabajo que realizó en Wall·e.
En lo referente al tema social os podéis imaginar cómo pintan a las personas. Somos una plaga para el mundo, que destruye aquello que le otorga la vida y un habitat. Los humanos tras 700 años de amodorramiento han olvidado de dónde proceden. La Tierra para ellos es como un cuento: érase una vez un lugar en el que los humanos vivían...
Ni siquiera el capitán de la nave conoce nada del lugar del que procede, por no saber no conoce ni lo que es "bailar". Más que un grupo de personas paracen una granja de animales obesos que se dejan flotar por el universo. Eso cambiará, claro está, cuando Wall·e y Eva entren en acción.
Toda la cinta intenta romper nuestrs convenciones sociales o nuestra realidad actual. Por ejemplo, uno de los animales más odiados es la cucaracha, almenos en las ciudades. Se dice de ellas que si se extinguiera la vida o un meteorito impactara contra la tierra (mucho más grande que el ruso, claro) una de las especies que sobreviviría sería la de las cucarachas. Por consiguiente, resulta curioso que hayan elegido a este insecto para ser la mascota de Wall·e en la Tierra y conseguir que el espectador piense que es muy "mona".
La reflexión que podemos sacar de esta maravillosa película es que el hombre es destructivo, pero puede aprender de sus errores. La Tierra es un lugar increíble que merece ser cuidado como a uno mismo. Hay que mimarlo para verlo florecer. Sin nuestro planeta la vida está incompleta y vacía. No sería bonito que tuviéramos que perderla para darnos cuenta de ello.
Me parece acertadísimo que Pixar haya creado una película así para que los más pequeños de la familia se den cuenta de que ellos también tienen que cuidar del planeta. Evidentemente, no podemos olvidar que es una historia que nos va conmover y va a buscar que se nos escape la lagrimilla, pero también nos va a hacer sonreír. Si no la habéis visto aun os la recomiendo encarecidamente. Es una hora y media que os durará en la memoria mucho tiempo. Tiene un puesto más que merecido en vuestro Top Ten.
Información de más:
- Como Pixar perteneció al fundador de Apple Steve Jobs, hay muchos guiños relacionada con el mundo de esta marca. Además el co-diseñador de Eva fue el autor del diseño del Ipod.
- El título provisional de la película fue "Trash Planet" (Planeta basura, qué sutiles).
- Ganó el Oscar a mejor película de animación en 2009.
- El responsable de la voz de Wall·e es el mismo que se encargó de la particular "voz" de R2-D2, el látigo de Indiana Jones o el siseo de Alien.
Nota final:10
Me encantó esta película cuando la vi. Principalmente por el mensaje que nos deja ^^
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