Miedo, según el diccionario: 'Perturbación angustiosa del ánimo por un peligro real o imaginario'. Una palabra que auna cantidad de sensaciones, externas o internas, que hacen que nos sintamos indefensos. Que intentemos refugiarnos, ocultarnos para no descubrir nuestra más vulnerable esencia. El miedo es un arma muy poderosa, casi diría que la más cruel y resolutiva con la que el ser humano puede destruir o crear. Está a la par de la imaginación. Si unimos ambas, miedo e imaginación, la resultante es la mayor forma de pavor que puede recorrer nuestras mentes, cuerpos y almas. El siguiente estado del miedo es el terror, cuya definición perfecta es: 'Miedo intenso'. Pocas veces el cine ha sabido plasmar en imágenes dichos estados.
En una noche perfecta para pasar miedo como Halloween, os invito a apaguéis las luces, buscaros un sitio retirado y tranquilo. Dejad que vuestros ojos sean las puertas a la imaginación que os arrastren a ese estado mental en el que vuestras peores pesadillas se tornan reales. En mis terrores nocturnos favoritos tengo un hueco reservado para una de las maravillas más espeluznantes rodadas nunca. Que comience a sonar 'Tubular Bells'...
¿De qué va?
Reagan, una niña de 12 años, comienza a sufrir terribles transformaciones que afectan sus conductas de estado mental y físico. Su madre, después de agotar todas las posibilidades médicas, recurre a la ayuda de un sacerdote, el cuál, recomendará que se practique un exorcismo a la niña.
En una noche perfecta para pasar miedo como Halloween, os invito a apaguéis las luces, buscaros un sitio retirado y tranquilo. Dejad que vuestros ojos sean las puertas a la imaginación que os arrastren a ese estado mental en el que vuestras peores pesadillas se tornan reales. En mis terrores nocturnos favoritos tengo un hueco reservado para una de las maravillas más espeluznantes rodadas nunca. Que comience a sonar 'Tubular Bells'...
¿De qué va?
Reagan, una niña de 12 años, comienza a sufrir terribles transformaciones que afectan sus conductas de estado mental y físico. Su madre, después de agotar todas las posibilidades médicas, recurre a la ayuda de un sacerdote, el cuál, recomendará que se practique un exorcismo a la niña.
La crítica
Es un placer (macabro, pero placer al fin y al cabo) poder escribir sobre una de las películas que más trabajo me ha costado volver a ver en mi vida. A mi edad, bastante elevada para lo que yo desearía, no soy capaz de ver este film solo. No hay manera. Ni aunque lo haga a plena luz del día, con compañía incluso, me siento capaz de poder borrar de mi mente las imágenes directas o subliminales que la pantalla emite. Se graban en mi memoria de forma indeleble. Es tal el poder de transmisión que la espectacular película de Friedkin ofrece, que no veo manera de resistirme a apartar la vista de la pantalla. Me absorbe, atrapa y engulle cada fotograma de la impagable cinta. Es una sensación de inquietud desde el primer momento. Intentaré en las siguientes lineas haceros entender mi obsesión.
Es un placer (macabro, pero placer al fin y al cabo) poder escribir sobre una de las películas que más trabajo me ha costado volver a ver en mi vida. A mi edad, bastante elevada para lo que yo desearía, no soy capaz de ver este film solo. No hay manera. Ni aunque lo haga a plena luz del día, con compañía incluso, me siento capaz de poder borrar de mi mente las imágenes directas o subliminales que la pantalla emite. Se graban en mi memoria de forma indeleble. Es tal el poder de transmisión que la espectacular película de Friedkin ofrece, que no veo manera de resistirme a apartar la vista de la pantalla. Me absorbe, atrapa y engulle cada fotograma de la impagable cinta. Es una sensación de inquietud desde el primer momento. Intentaré en las siguientes lineas haceros entender mi obsesión.
La trama es conocida por todos. Ya desde el inicio, conecto enseguida con la atmósfera crepuscular y mortecina que William Friedkin nos envía. Es sin duda alguna su mejor título, aunque 'A la caza' (1980) y la soberbia 'French Connection' (1971) le van a la zaga. Una fotografía que recoge ese estilo visual de los 70, tan raído e inconfundible. Fue el puñetazo en la mesa que el director dio tras ganar el Oscar en 1971. El género de terror vivía tiempos bajos, sólo salvados por la desasosegante 'La semilla del diablo' (Roman Polanski, 1968) y la divertida 'La noche de los muertos vivientes' (George A. Romero, 1968). Con 'El exorcista', todo cambió. La forma de narrar, de contar los hechos, la temática y el trasfondo. Fue un cambio de rumbo que puso los sólidos pilares del buen cine de terror. Ha influido desde su estreno hasta hoy en cualquier director o guionista, no sólo del género, sino del cine como arte. No me duelen prendas al afirmar que es la película más terrorífica que se ha rodado, y difícilmente será superada.
La novela de William Peter Blatty (que hace un cameo en la película) en la que se basa, es trasladada al celuloide con un pulso vigoroso. Envolvente e inquietante. El uso de imágenes subliminales (estad muy atentos a ellas durante el film) del diablo aumentan la sensación del espectador de estar frente a algo que se nos escapa del entendimiento. Pocas veces con tan poco se ha hecho tanto. Una habitación, una niña y dos curas (no penséis mal, que me imagino vuestros pensamientos...) le basta a Friedkin y a Blatty para convertir nuestra butaca o sofá en un centro de convenciones demoníacas. El refuerzo a las imágenes viene de la mano de la hipnótica música que las acompaña. Magistral. Mike Oldfield nunca fue el mismo, ni su música. Quedó ligado a esta película como casi todos los que participaron en ella. Aunque se añadió arreglos musicales por parte de Jack Nitzsche y Steve Boeddeker, sin lugar a dudas cuando queremos transmitir una melodía icónica, nos viene irremediablemente a la cabeza las notas insuperables de 'Tubular Bells'.
La angustia de la madre (Ellen Burstyn) está reflejada con veracidad. La actriz compone un personaje con diversos enfoques que humaniza el sufrimiento que padece. Su lucha por creer o negar la evidencia, es el espejo en el que el personaje de Jason Miller (padre Karras) se mira. Miller, que debutó en el cine con esta joya y fue nominado por ello, asume con pasión su dilema personal. Su Fe en Dios se ve alterada y cuestionada no por el Diablo, sino por el mismo. Por su amor a la madre que falleció lejos de él, sintiendo la culpa de esa muerte. En la película, vemos como las motivaciones de su personaje luchan contra el juego insano del Diablo. Todo el film es una disputa entre el Bien y el Mal, lo correcto e inmoral. La ciencia contra la religión. El hecho de que tuviera numerosos obstáculos para rodarse por los controvertidos elementos que se juntaban, hizo que la Iglesia fuera su enemigo más tenaz. Lo cual, a la larga, reforzó su estreno de forma viral, dándole una publicidad inusitada. Fue la película más taquillera de ese año, nominada a diez Oscars (ganó Sonido y Guión Adaptado) y encumbró a sus protagonistas.
Que una niña de 12 años protagonizara un film donde su cuerpo es poseído por el Diablo, profiriera insultos, blasfemias contra Dios, simulase una violación y se dudase de la credibilidad de la Iglesia, fue motivo de sobra para que el rodaje y el estreno se intentaran boicotear. Pero nada pudo con la obra maestra del terror. Linda Blair (Reagan) será por siempre esa niña, ese monstruo. Un mito del cine. Más allá de que su carrera se hundiera tras este rotundo éxito, el icono de su personaje ha traspasado modas, generaciones e influido en múltiples aspectos. El genuino maquillaje creado por Dick Smith ('El padrino', 'Scanners', 'Taxi Driver') oculta a la niña y nos muestra el rostro de Satán. Nos hechiza con esa mirada, un pozo sin alma. Aterradora. Mención aparte que Dick Smith tuvo como ayudante a Rick Baker.
El otro icono que destaco es el personaje de Max Von Sydow. El padre Lankaster Merrin. Sobriedad hasta extremos. Su actuación es memorable, fiel reflejo de la novela. Impávido ante el horror, nos enseña su lado más amable frente a la cruda realidad del miedo. Nos guía, tanto al personaje de Jason Miller como a nosotros, a través de este grotesco viaje hacia la locura. Excelente su trabajo, como siempre, con muy pocas lineas de diálogo, pero que sobrecogen el corazón puestas en sus labios.
Hay decenas de leyendas y rumores que rodean 'El exorcista'. Incendios en el set de rodaje, rollos de película que se revelaban en blanco, la muerte de uno de sus protagonistas antes del estreno (Jack MacGowran). No cabe duda que este tipo de proyectos estén, intencionadamente o no, unidos a curiosidades que no hacen sino acrecentar su interés y morbo. Este film pertenece a lo que yo denomino 'El Poker del Terror' en el que incluyo 'La semilla del Diablo', 'La profecía' (Richard Donner, 1976) y 'El resplandor' (Stanley Kubrick, 1980). Si deseáis pasar una autentica noche de miedo, volved a verlas. Y si es a solas...mejor.
La novela de William Peter Blatty (que hace un cameo en la película) en la que se basa, es trasladada al celuloide con un pulso vigoroso. Envolvente e inquietante. El uso de imágenes subliminales (estad muy atentos a ellas durante el film) del diablo aumentan la sensación del espectador de estar frente a algo que se nos escapa del entendimiento. Pocas veces con tan poco se ha hecho tanto. Una habitación, una niña y dos curas (no penséis mal, que me imagino vuestros pensamientos...) le basta a Friedkin y a Blatty para convertir nuestra butaca o sofá en un centro de convenciones demoníacas. El refuerzo a las imágenes viene de la mano de la hipnótica música que las acompaña. Magistral. Mike Oldfield nunca fue el mismo, ni su música. Quedó ligado a esta película como casi todos los que participaron en ella. Aunque se añadió arreglos musicales por parte de Jack Nitzsche y Steve Boeddeker, sin lugar a dudas cuando queremos transmitir una melodía icónica, nos viene irremediablemente a la cabeza las notas insuperables de 'Tubular Bells'.
La angustia de la madre (Ellen Burstyn) está reflejada con veracidad. La actriz compone un personaje con diversos enfoques que humaniza el sufrimiento que padece. Su lucha por creer o negar la evidencia, es el espejo en el que el personaje de Jason Miller (padre Karras) se mira. Miller, que debutó en el cine con esta joya y fue nominado por ello, asume con pasión su dilema personal. Su Fe en Dios se ve alterada y cuestionada no por el Diablo, sino por el mismo. Por su amor a la madre que falleció lejos de él, sintiendo la culpa de esa muerte. En la película, vemos como las motivaciones de su personaje luchan contra el juego insano del Diablo. Todo el film es una disputa entre el Bien y el Mal, lo correcto e inmoral. La ciencia contra la religión. El hecho de que tuviera numerosos obstáculos para rodarse por los controvertidos elementos que se juntaban, hizo que la Iglesia fuera su enemigo más tenaz. Lo cual, a la larga, reforzó su estreno de forma viral, dándole una publicidad inusitada. Fue la película más taquillera de ese año, nominada a diez Oscars (ganó Sonido y Guión Adaptado) y encumbró a sus protagonistas.
Que una niña de 12 años protagonizara un film donde su cuerpo es poseído por el Diablo, profiriera insultos, blasfemias contra Dios, simulase una violación y se dudase de la credibilidad de la Iglesia, fue motivo de sobra para que el rodaje y el estreno se intentaran boicotear. Pero nada pudo con la obra maestra del terror. Linda Blair (Reagan) será por siempre esa niña, ese monstruo. Un mito del cine. Más allá de que su carrera se hundiera tras este rotundo éxito, el icono de su personaje ha traspasado modas, generaciones e influido en múltiples aspectos. El genuino maquillaje creado por Dick Smith ('El padrino', 'Scanners', 'Taxi Driver') oculta a la niña y nos muestra el rostro de Satán. Nos hechiza con esa mirada, un pozo sin alma. Aterradora. Mención aparte que Dick Smith tuvo como ayudante a Rick Baker.
El otro icono que destaco es el personaje de Max Von Sydow. El padre Lankaster Merrin. Sobriedad hasta extremos. Su actuación es memorable, fiel reflejo de la novela. Impávido ante el horror, nos enseña su lado más amable frente a la cruda realidad del miedo. Nos guía, tanto al personaje de Jason Miller como a nosotros, a través de este grotesco viaje hacia la locura. Excelente su trabajo, como siempre, con muy pocas lineas de diálogo, pero que sobrecogen el corazón puestas en sus labios.
Hay decenas de leyendas y rumores que rodean 'El exorcista'. Incendios en el set de rodaje, rollos de película que se revelaban en blanco, la muerte de uno de sus protagonistas antes del estreno (Jack MacGowran). No cabe duda que este tipo de proyectos estén, intencionadamente o no, unidos a curiosidades que no hacen sino acrecentar su interés y morbo. Este film pertenece a lo que yo denomino 'El Poker del Terror' en el que incluyo 'La semilla del Diablo', 'La profecía' (Richard Donner, 1976) y 'El resplandor' (Stanley Kubrick, 1980). Si deseáis pasar una autentica noche de miedo, volved a verlas. Y si es a solas...mejor.
Información de más
Nota final: 9
- La escalera de la escena final, calle M de Georgetown, es lugar de peregrinaje cinéfilo.
- La novela se basa en unos sucesos reales acontecidos en 1954 en Washington, donde la persona poseída era un niño.
- Los gritos de Reagan como el Diablo, son en realidad sonidos de cerdos en un matadero.
- Ellen Burstyn se lesionó la cadera en la escena de la cama elevándose, esta secuencia se ve en pantalla y el grito de dolor de la actriz es real.
- El exorcismo entero en el film dura 9 minutos. Supuestamente, uno real suele durar días.
- La madre de Linda Blair interpreta el papel de una enfermera.
- La Warner Bros. tenía pensado encomendar la dirección a Stanley Kubrick, pero éste se negó cuando le prohibieron el control absoluto del guión y el montaje final.
- Jamie Lee Curtis ('La noche de Halloween') fue candidata al papel de Reagan.
- También Carrie Fisher y su madre, Debbie Reynolds fueron propuestas.
- Para el papel del padre Karras se hizo pruebas a Jack Nicholson. Y a Marlon Brando para el del padre Merrin.
- George Cukor ('Historias de Filadelfia') criticó el film y amenazó con dejar la Academia si éste ganaba el Oscar a mejor película.
- Según W.P.Blatty una de las escenas más escalofriantes no es del exorcismo, sino del hospital, donde a Reagan le drenan líquido del cerebro.
- Los directivos de la Warner, mientras se rodaba, dijeron que era una película ridícula.
- Cuando se estrenó en video (1981) se la clasificó como 'X'.
- La escena de la violación con el crucifijo, los vómitos y las imágenes del rostro del Diablo fueron interpretadas por Eilen Dietz.
- El famoso vómito es en realidad sopa de guisantes.
- Se re-estrenó en el 2000 con escenas eliminadas en su día, como la famosa secuencia en la que Reagan baja las escaleras como una araña.
- Se rodaron dos secuelas originales a la saga. 'El exorcista II' (John Boorman, 1977) regular; 'El exorcista III' (W. Peter Blatty, 1990) bastante peor; 'El exorcista: el comienzo' (Renny Harlin, 2004) fallida. Se pretende hacer un nuevo remake de la original, esta vez con un niño.
- La mítica escena de la llegada del exorcista a la casa, mientras le alumbra una farola, está copiada del film 'Empire of Ligths' (Rene Magrite, 1954).
Nota final: 9
no esta mal la pelicula es emocionante y tenebroso porque de eso se trata de hacer suspirar a las pesonas claramente
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