Sitges 2016, segundo round

DIA 4

Sitges recibía con los brazos abiertos a un grande del cine como Paul Schrader. No tanto así a la lluvia persistente que caló en los sufridos espectadores que aguantamos estoicamente los 45 min. de retraso para entrar en la sala. Pero la espera valió la pena... almenos durante un rato.


Cuenta el mismo Schrader que después de los problemas que tuvo rodando su último film ('Dying of the light' fue remontado por la productora sin su consentimiento) le prometió a Nicolas Cage, protagonista del mismo, que pronto volverían a trabajar juntos y que lo harían sin que nadie pudiese entrometerse en su trabajo. El director cumplió su promesa y ahora presentan el resultado, 'Dog Eat Dog', un film que gira alrededor de tres ex-presidiarios que se mueven como pez en el agua por los bajos fondos de Cleveland. 

Desde el inicio se nota el hecho de haber podido tener toda la libertad del mundo a la hora de rodarla puesto que Schrader combina en la primera escena imágenes en blanco y negro, filtros psicodélicos, encuadres imposibles y una violencia hasta cierto punto tarantiniana, y todo para servir en bandeja la oportunidad de que un Willem Dafoe excepcional se luzca con una interpretación de los más histriónica pero al mismo tiempo, llena de contención.



La  pena es que ese ritmo frenético con el que empieza la película se va diluyendo poco a poco y la película pierde fuelle y se desinfla hacia el tramo final. No obstante, el film se mantiene gracias a sus tres protagonistas, un Willem Dafoe desatado y divertido, un Christopher Matthew Cook sorprendente y un Nicolas Cage ofreciendo una de sus mejores interpretaciones de los últimos años, lejos de su histrionismo y exceso habitual.



Había una gran expectación por ver 'Blair Witch', sin duda una de las películas más esperadas de este festival. Que su director fuese Adam Wingard, todo un especialista en el género que el año anterior había maravillado con 'The Guest' suponía una pequeña esperanza de darle al género del found footage un salto de calidad. Pero a la hora de la verdad la decepción ha sido de las que marcan época.


'Blair Witch' juega a ser una secuela del film original, tomando como punto de partida la búsqueda que emprende el hermano de la protagonista por los bosques donde desapareció pero no deja de ser un remake de la película original. Utiliza prácticamente el mismo esquema, con más presupuesto, eso si, pero ofreciendo cero riesgo e ideas dejando cualquier posibilidad de pasar miedo en manos de los sustos provocados por el montaje de sonido. Sus últimos 10 minutos sí que ofrecen algo más de intensidad pero evidentemente no justifican los eternos 75 minutos iniciales.



DIA 5

Cada año el Festival reserva alguna de sus jornadas para rememorar clásicos del cine. Este año tocaba 'Phantasm', uno de esos films que ha acabado convirtiéndose por méritos propios en una película de culto a pesar de que su calidad es discutible. 



Al film, recordemos que estrenado en 1979, le pesan los años pero eso es lo de menos puesto que el paso de los años ha conseguido que su calidad original haya sido superada por su etiqueta de mítico e indispensable. Si además uno asiste a la proyección de una versión restaurada por el mismísimo J.J. Abrams, fan confeso del film y con el director Don Coscarelli presentando el acto, uno no puede hacer otra cosa que dejarse llevar y disfrutar una vez más con la presencia imponente de Angus Scrimm.



DIA 6

¿Y qué seria de un festival sin una película polémica? Desde Toronto llegaban noticias de la crudeza de las imágenes de 'Raw', de ambulancias a la puerta de la sala, de desmayos entre los espectadores... A la hora de la verdad, lo que podemos afirmar es que en Toronto son unos flojos.



La  historia es la de la joven Justine, vegetariana estricta que llega a la universidad para estudiar veterinaria y que después de una novatada en la que es obligada a comer un trozo de hígado de conejo a modo de ritual de iniciación descubre el sabor de la carne... a todos los niveles.

A grandes rasgos este es el argumento de 'Raw' que acaba siendo una excelente metáfora sobre la sociedad moderna y un estudio de la perversión humana, rodado de manera sobria por Julia Ducornau y excelentemente interpretado por Garance Marillier y Ella Rumpf. La película muestra la evolución de la protagonista y consigue transmitirnos toda la angustia que el personaje siente, sin necesidad de mostrar ninguna imagen excesiva, aunque tal vez más de uno en la sala esperaba algún arranque de canibalismo extremo con el que justificar la polémica que traía consigo.



En  su momento, 'Star Trek: The Motion Picture' tampoco pudo huir de la polémica puesto que la traslación de la serie de tv al cine fue duramente criticada por considerar que se había traicionado su espíritu original. Años después y tras varias películas, el primer film de la saga sigue considerándose todo un clásico (y junto con 'Star Trek II, la ira de Khan' el mejor de toda la serie... con permiso de los dos films dirigidos por J. J. Abrams), a pesar de que muchos creen que es un film fallido, entre ellos el propio Leonard Nimoy tal y como declara en el excelente y recomendadísimo documental 'For the love of Spock' que ha dirigido su propio hijo, Adam Nimoy, y que se presentó también durante la jornada. El film repasa la trayectoria de Leonard Nimoy como sr. Spock y vemos cómo la influencia del personaje cambió para siempre sus vidas y al mismo tiempo que no elude la época más dura de su relación en la que se distanciaron el uno del otro. La realización del documental acaba siendo toda una carta de amor hacia un padre y un personaje con el que ambos han tenido que convivir durante toda su vida.


Pero volvamos a 'Star Trek: The Motion Picture'. La versión que pudimos disfrutar en el Festival fue la director's cut, una versión que recupera la visión inicial de su director Robert Wise, que incluso recupera un prólogo en el que sobre unas imágenes rodadas como si uno estuviera flotando en medio del espacio suena el bellísimo y delicado tema compuesto por Jerry Goldsmith. Un prologo tranquilo y sosegado que queda truncado en cuanto suena atronador el tema principal de la saga, obra también de Goldsmith. La proyección vino precedida por el homenaje a Walter Koenig, el intérprete del personaje de Pavel Chejov, que acudió a recibir el premio especial del Festival.



Tras el visionado del film uno no puede hacer otra cosa que aplaudir un film valiente que en su momento rompió los esquemas del cine de ciencia ficción tanto por sus escenas rodadas con toda la calma y el preciosismo necesario (algo que muchos confundieron con un desarrollo lento y pesado) como por su hasta cierto punto filosófico argumento.


Rob Zombie se ha convertido ya por méritos propios en un asiduo del Festival y no podía faltar su última obra, '31', un survival en toda regla que a pesar de ser una obra menor dentro de su filmografía no deja de ser un film interesantísimo. Decimos obra menor y tal vez sería mejor considerarla una película mucho menos compleja argumentalmente que sus anteriores trabajos. 



Su  historia principal no es nada del otro mundo: grupo de personajes encerrados luchando por su vida. Punto y final. No hay nada más. Se trata simplemente de eso. Pero Zombie se lo pasa en grande y firma la que es su película más directa y sencilla y además nos presenta a un villano antológico, Doom Head (Richard Brake), la versión hiperbólica del Joker, que tiene una de las mejores escenas de presentación de un personaje jamás rodadas, con un monólogo hablado directo a cámara que pone los pelos de punta. 



Es  obvio que no llega a las cotas de perfección que logró con 'The Lords of Salem' pero tampoco era necesario. Zombie ha rodado '31' quizás a modo de desintoxicación de la profundidad que logró con su anterior film. O tal vez la ha rodado porque simplemente le ha dado la gana. Y eso ya nos vale.

Notas
  • Dog Eat Dog (6)
  • Blair Witch (2)
  • Phantasm (8)
  • Raw (8)
  • Star Trek The Motion Picture (7)
  • For the love of Spock (8)
  • 31 (7)

Carlos

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